Ideas para vivir la misericordia día a día
- Parroquia Cristo Luz de las Gentes
- 18 dic 2015
- 2 Min. de lectura

Consejos para vivir el año de la misericordia:
Resiste al sarcasmo, lo opuesto a la misericordia
Comparte tus bienes con los más necesitados
Llama a una persona sola, sobre todo si conoces la razón de su soledad
Escribe y envía una carta de perdón a una persona
Planifica una mini-peregrinación
Adopta un comportamiento responsable en internet
Sé lo bastante generoso como para permitirle a alguien que te ayude. La gente necesita sentirse útil
Propón tus servicios como cuidador de niños o en la cocina a una madre sobrecargada para que pueda dedicarse a ella durante unas horas
Contén tu lengua
Propón hacerle la compra a alguien que no pueda salir
Si te resulta difícil sentarte al lado de un indigente, envía al menos un donativo a una asociación
Si compartes la comida, quédate la parte más pequeña
Propón llevar en coche a una persona mayor a misa
Apaga tu teléfono e intenta escuchar atentamente a los que te rodean
Aprovecha las rebajas para comprar algunas cosas útiles, artículos de baño por ejemplo, y ofréceselo a las personas de tu entorno
Lee la encíclica Dives in Misericordia de Juan Pablo II
Organiza un pequeño ritual al final de la jornada para pedir perdón a las personas con las que vives
Escribe una lista de tus “enemigos” y reza cada día por ellos
Decide sonreír, decir buenos días, conversar con gente que no forma parte de tu círculo cotidiano
Ofrece algo que te guste verdaderamente a alguien que sabes que lo va a apreciar
Responde a la provocación con el respeto que te gustaría testimoniar
Dedica unos minutos de tu semana a ir a la iglesia, a recogerte o sencillamente estar con Cristo misericordioso
Cuando una conversación baje el nivel, intenta cambiar de tema
¿Tocas un instrumento de música? ¿Recitas poesía? Ofrece “conciertos” gratuitos a los olvidados de la residencia de ancianos
Ve a recogerte ante la tumba de un ser querido y mientras te diriges allí reza un rosario por todos los difuntos inhumados en ese lugar
Haz un retiro. Si eso no es posible, intenta al menos dedicar un día, o una tarde, al recogimiento
Reconoce tus celos, ante ti mismo y ante tu confesor
Poponte rezar con otro y por qué no con alguien que te encuentres en la calle y que parezca sentir necesidad de ello
Guarda tus imágenes piadosas o medallas bendecidas a mano y ofréceselas a las personas que te encuentres como signo de bendición
Organiza una fiesta con otros parroquianos e invita a todos los que estén en el “cruce de caminos”
Si uno de tus conocidos parece no tener fe, comparte un poco de la tuya, dile hasta qué punto Cristo ha cambiado tu vida
Ofrece tu hospitalidad a personas a las que nunca invitarías espontáneamente
Paga el parking o el peaje a alguien que esté detrás de ti
Lee al papa Benedicto XVI, te sorprenderá
Reza cada día por las almas del Purgatorio, reza por tus difuntos
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